1 Día en Ronda

Quien dice un día, dice horas, porque fue ese tiempo lo que estuve en este pueblo malagueño. Unas cuantas horas que sirvieron para descubrir Ronda y para enamorarme de sus calles, sus monumentos, edificaciones y pequeños rincones.
 

Gracias a una guía (entiéndase, amiga), conocí bastante sobre el pueblo y pude conocer lugares e historia por partes iguales, sin tener que conformarme solo con los puntos turísticos y más conocidos.


Empieza el día caminando: Ronda, sus calles y su cultura


Ronda es ese tipo de pueblo que te atrae, con solo estar allí unos minutos te sientes a veces como en el centro de una gran capital y, otras, en el pueblo más rústico y español que pueda haber. El pueblo malagueño es fácil de recorrer andando y callejeando, aunque tiene varias cuestas y, para verlo en su totalidad, hay que hacer una buena caminata.



Hay cultura esparcida por todo el pueblo, desde las murallas de Ronda y del Carmen, pasando por los baños árabes y la Plaza de Toros, hasta el Convento de las Hermanas Clausuradas donde hacen pasteles para la venta al público. Desde las calles principales, anchas y llenas de tiendas y cadenas, hasta las calles más estrechas, de pavimento de piedra y con cuestas terribles.








Su famoso puente y dónde tomar algo mientras disfrutas de sus vistas

Un símbolo de Ronda que pude ver cara a cara después de tanto tiempo retrasando este viaje.
Es curioso, lo primero que esta guía me dijo sobre el puente fue: "ha sido una cárcel". No esperaba algo así y, entonces, me puse a buscar algo de información.
El Puente Nuevo de Ronda fue en su día una obra maestra de la ingeniería y se funde con la roca del acantilado, parece que sale de este y no una construcción humana. En su día alguna de sus pequeñas estancias y galerías escondidas sirvió como cárcel y, más tarde, como establecimiento turístico. 


Las vistas del puente son impresionantes, diría incluso (al menos para mi gusto), que me ha llegado a impactar más de cerca que visto desde el caminito, de lejos.
Ah, no podía faltar el conocido como El Balcón del Coño, desde luego, como para no exclamar esta palabra al asomarse y ver la altura.
Además del Puente Nuevo, también quería comentar algún que otro lugar donde tomar algo y disfrutar de las vistas, por supuesto, desde uno de ellos tomé unas fotos preciosas de esta obra arquitectónica. Nos detuvimos en el Hotel Don Miguel, mejor dicho, en su cafetería-restaurante. 
También he buscado algunas opciones veganas y vegetarianas, por si alguien está interesado, así que dejo por aquí el link de Slow Ronda, que tiene varias opciones para elegir.

Llévate un recuerdo único

De cada viaje o escapada, soy de esas personas que se llevan algo más que una postal, del Pirineo aragonés, por ejemplo, traje quesos. En Ronda, como en cualquier pueblo o ciudad, tienes todo tipo de tiendas, desde las más comerciales con productos muy vistos pero también llamativos, hasta tiendas más tradicionales, a veces algo escondidas y con productos únicos.
Si te llevas algo de Ronda, que sean muchas imágenes, (además de fotografías), y con ello quiero decir marcapáginas con fragmentos de poemas, con dibujos e imágenes; baldosas y platos pintados, estos detalles son algo único. Así, además de tener recuerdos como los típicos imanes de nevera, también te llevas algo muy típico y artesanal.




Ronda es un lugar impresionante, en el cual una se encuentra mucha historia, cultura y esencia. Hay pequeños lugares por este pueblo que muestran un pedacito de Andalucía y España.
Recuerda siempre que una buena caminata, siempre que sea posible, te permite conocer cada pequeño escondrijo y mínimo detalle de esta maravilla de sitio, además de ayudar al medio ambiente y hacer ejercicio mientras te entretienes.

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