Conoce las dos caras de Burdeos: La Rue Sainte-Catherine y Les Chartrons

 Burdeos nunca había entrado en mis planes; mentiría si dijera lo contrario. Es de esas capitales extranjeras que poco nos dicen hasta que nos ponemos a curiosear, sobre todo, porque suelen ir a la sombra de sus hermanas más famosas. Pero, te aseguro que, una vez las conoces o te entran ganas de ir, no te las puedes quitar de la cabeza.



Las dos caras de Burdeos

 
Esta ciudad francesa, capital de la región Nueva Aquitania, es única. Pasé unos cuantos días y, tanto a mí como a mi perro (mi eterno compañero de viaje), nos enamoró. Burdeos al principio fascina más de lo que podría esperar un recién llegado, y es que se ve todo colosal. Te sientes diminuto/a. Pero, cuando comienzas a recorrer a pie, sientes las distancias no tan excesivamente largas, lo cerca que se encuentran unas zonas de otras y lo rápido que aprendes a moverte por la ciudad.
 
Esta ciudad tiene muchas zonas, pero dos de ellas me parecieron únicas por su esencia y por cómo eran tan diferentes entre sí: Les Chartrons (una zona muy bohemia y a caballo entre lo viejo y lo nuevo), y Vieux Bordeaux (o Viejo Burdeos, una zona más medieval).
 

Les Chartrons




A mí... Les Chartrons me pudo. Tiene un aire único, muy francés, podría decirse (basándome en películas o literatura que te presentan esa ambientación propia del país). Este barrio de Burdeos mezcla con gracia la modernidad, lo bohemio, lo más curioso que pueda tener el presente, con el clasicismo del pasado. Es algo que pude observar en la arquitectura de las casas que me rodeaban, ya no solo en los establecimientos y locales a pie de calle.

Su corazón es la Rue Notre-Dame, donde no faltan tiendas de todo tipo: desde las vintage ambientadas en el siglo pasado, hasta tiendas de lo más modernas. ¡Llegué a ver incluso un local de comida rápida saludable y orgánica! También esta calle está llena de bodegas, talleres (como el de un escultor cuyo escaparate me atrapó durante minutos), y da pie a varios museos que se encuentran por la zona: La Cité du Vin, el Museé Mer Marine (el cual merece mucho la pena visitar), o un pequeño museo del vino escondido en uno de los callejones próximos.

Les Chartrons es visita obligatoria. (Y, si te llevas un recuerdo, ¡mejor que mejor!)

Vieux Bordeaux - Rue Sainte-Catherine




El Viejo Burdeos, en realidad, no es un barrio sino un conjunto de varios. Esta zona es tan similar y a su vez tan diferente de Les Chartrons. Esta zona podría ser lo que conocemos como el casco antiguo y es que, vayas donde vayas, no hay más que monumentos. El epicentro de este barrio es la Rue Sainte-Catherine, un punto más que obligatorio y lo comparé incluso con calles o avenidas que tenía conocidas en España. Está llena de comercios, tiendas de ropa y, al fondo, restaurantes muy variados. De hecho, nada más acceder a ella, ¡no veía el final! Luego, me enteré de que la Rue Sainte-Catherine de Burdeos era considerada la calle más larga de Europa (no me extraña, me dejé los pies en una mañana de lado a lado y entre sus callejuelas).

Estos barrios de Burdeos no difieren tanto del resto de la ciudad, aunque sí es el lugar perfecto para descubrir la historia que esconde esta capital. Le Vieux Bordeaux presenta mucha antigüedad en su arquitectura, también modernidad en sus comercios, diversidad en sus calles y mucha, mucha historia. Con estatuas en cada rotonda, la Place de la Bourse (un espejo de agua, prácticamente, y precioso), La Place du Parlement, la Porte Cailhau (de noche parece la fachada de un palacio digno de una película Disney), el Pont de Pierre, la Gran Sinagoga y la Iglesia Ortodoxa Serbia Saintes Estelle et Valérie, de entre las otras que hay... Son muchísimos los tesoros históricos y culturales que hacen de esta zona algo especial, la distancian de otras de la ciudad (aunque estatuas hay por doquier), y te muestra la otra cara de Burdeos.





La capital de la Nueva Aquitania me enseñó muchísimo, ya no solo la ciudad como tal, sino también sus alrededores, sus pueblos, sus viñedos, sus monumentos tan colosales e impactantes. Había visto varias ciudades con características similares, cuyos barrios tienden a llevar una dinámica distinta de otros, pero claro, es imposible comparar. Cada ciudad, cada país, tiene sus rarezas, sus maravillas y sus muchas caras. Burdeos es clásica y, a la vez, moderna; es diversa, cada calle tiene su estilo marcado por el barrio en el cual se encuentra. Un destino muy disfrutable y al cual pretendo volver más adelante.

¿Has estado en Burdeos o en alguna parte de Francia?

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