Reseña de "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", de Tatiana Țîbuleac

 ¿Alguna vez has odiado y amado tanto un libro a la vez? Lo más probable, es que esta fuera la intención de la autora, Tatiana Țîbuleac, cuando escribió a modo de diario un relato de pérdida, de odio, de amor, de rencor, de experiencias nuevas, de vida, de muerte, de una relación rota entre madre e hijo. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes relata el último verano de madre e hijo, una madre ausente tras la pérdida de una hija y un hijo rechazado por su madre desde pequeño, ahora problemático, internado en una institución psiquiátrica inglesa. Țîbuleac retrata a madre e hijo en cada hecho de la historia, en cada pincelada del presente y cada sutil vistazo al pasado.


Escrito por Tamara Guillén. Imagen de Librería Finestres.

 Y yo es que llegado un punto tuve que detener la lectura. Disgustaba. Pero atrapaba. Se sumía en las sombras. Aunque desde el inicio, una sensación de tristeza teñía las palabras, una sensación que llamaba a retomar la lectura. Y poco a poco se venía anunciando un revés, un cambio radical del odio al amor, del rencor a la tristeza. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es un diario del trauma. A mitad de este, la novela tomo una tristeza con otro tono, regida por el amor, aunque todavía quedan restos de ese odio predominante en la primera parte. Aleksy, el protagonista, relata cómo fue la relación con su madre, qué llevó a ello y desentraña las muchas situaciones de su vida que provocan lástima y resentimiento. Por un momento, el personaje cede sus zapatos aunque solo sea para ciertas escenas, y nos contradice; sentimos odio, lástima y cariño a la vez. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es un drama hecho a la medida de quienes quieren leer algo que llame a la reflexión.

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